jueves, 3 de marzo de 2011

CUARESMA: EL TIEMPO DE PLEGARIA (Catequesis de Adultos o Catequistas)

El tiempo de la plegaria

Antiguo como la misma Iglesia,pero más actual que nunca,en un mundo apresurado,este "corazón a corazón" silencioso y gratuito con Dios es descubierto actualmente por centenares de miles de cristianos al seno de las comunidades cristianas,y muy específicamente en las "escuelas de plegaria".
Hemos entrado ya al tiempo "fuerte" de la cuaresma;muy útil nos será pararnos unos momentos a reflexionar sobre esta dimensión esencial de la vivencia cristiana: rezar.
La plegaria no es "hacer" sino "ser con". Esto no impide que este encuentro a veces áspero de la oración se motive y se construya: "Hacer" placer a Dios. Es,antes ante todo,por gustar a Dios que hemos de aceptar la invitación que Él nos hace cada día en la oración.La Biblia nos lo confirma: tenemos la formidable posibilidad de contribuir a la felicidad de nuestro Dios! Él no necesita de nosotros,puesto que desde siempre,es infinitamente feliz al seno de la vida trinitaria. Pero nos ama tanto que reclama nuestros gestos de amor.Él los "mendiga",le gustaba decir a Sta.Teresa del Niño Jesús.No perseveramos en la oración solo para recibir el torrente de amor que mana del corazón de Cristo sino por el gozo de darle gozo.

"Hacer"el pleno
Se trata de hacer oración no haciendo el vacío sino haciendo el pleno.Muchos cristianos se lamentan de no conseguir hacer el vacío al inicio de su plegaria,esto es normal: no suprime sino aquello que se reemplaza. Tomamos como ejemplo los monjes/jas contemplativos que alimentan sus plegarias de la famosa lectio divina: ruegan a partir de las Escrituras. Ellos se toman el tiempo de escuchar al Señor decirles y redecirles su amor a través de su Palabra.

"Hacer"silencio
Hacer silencio no quiere en manera alguna decir hacer el vacío.Bien al contrario,hace falta estar atentos a no dejar vagabundear el espíritu en medio de consideraciones intempestivas sobre los textos bíblicos o el autor espiritual que acabamos de leer.Dios no necesita escuchar un ejercicio de retórica o una exposición teológica.Cuántas menos palabras mejor!. Estas pueden ser simples,como palabras de niño: "Gracias,Señor! Perdón! Si bien te parece! Dios mío,te amo..! No pensemos,pero,que para orar bien hace falta callar y no decir nada. Nuestra conversación con el Señor -tanto cuando escucho o hablo o callo- hace falta que sea tan simple como un encuentro de amor.

"Hacer"confianza
Sencillo... pero no fácil! No nos extrañamos de tener dificultad para la plegaria.San Pablo no duda a decirnos que no sabemos rezar com es debido (Ro 8,26).Cuando rogamos es el Espíritu que ruega en nosotros.Incluso si no pensamos es él quien inspira nuestra plegaria.él es el alma,el soplo que nos empuja hacia el Padre y que nos hace gritar,en Jesús y en él: "Abba,Padre". Él es quien nos hace saborear el amor del Padre,quien hace resonar al fondo de nuestro corazón: "Tú eres,tú también,mi hijo estimado en quien yo me complazco".Así podemos decir con toda confianza a nuestro Dios: " Vuestra ternura por mí es sin medida" (Sl 119-156).

"Hacer"esfuerzo
Para rogar hace falta un esfuerzo de voluntad,no sólo para ponerse en ello sino para perseverar...y volver cuando hemos abandonado.Este esfuerzo se cumple como una frágil oveja en manos del Buen Pastor,bajo su mirada,para hacerlo sonreir más.

"Hacer"un rincón-plegaria
Instalar en un rincon de mi casa imágenes y fotos delante de las cuales será más fácil ponerse en presencia del Señor y rogar en comunión con todos los hermanos y hermanas del Cielo y de la tierra. La misma existencia del "rincón-plegaria" nos recuerda el futuro encuentro a preparar.

"Hacer"un lugar a María
Empezar nuestra plegaria junto a la Virgen María,acurrucados "como un niño en brazos de su madre" (Sl 131.2)" es garantía de ir por buen camino.Porque Maria toda ella es plegaria contemplativa. Madre del Bello Amor,receptáculo de gracia,criatura privilegiada,vive un éxtasis eterno inefable.Su plegaria -corazón a corazón con Dios- es entrega, es relación de amor,es plenitud de gloria que se despliega desde su Inmaculada Concepción hasta siempre y siempre cumpliendo fielmente el gran Proyecto de Dios. Pedir a Maria -desde la confianza y sinceridad- "saber rogar como es debido" es ya obtener este don.Porque ella sabe que es así como vamos a beber a la "fuente que mana hasta la vida eterna".

des anges bleus

Stefan Lochner de Cologne (vers 1400-1451),

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