domingo, 31 de enero de 2010

Educar para la Solidaridad 2da parte por Mª Rosa Buxarrais

Por lo tanto, podemos dirigir nuestro trabajo pedagógico en el ámbito de la solidaridad al desarrollo de una serie de dimensiones morales (Martínez, 1995) que, sin duda, facilitan un aumento de la autonomía, un espíritu crítico y el desarrollo de determinados valores y actitudes, como la solidaridad, entre otros.

La primera de las dimensiones a las que vamos a apelar y trataremos de ejercitar será el autoconocimiento, como capacidad que facilita el conocimiento de uno mismo y su valoración, permitiendo una clarificación sobre la propia forma de ser, pensar y sentir. Antes de empezar el trabajo de la solidaridad, hay que saber hasta qué punto uno es solidario o se cree solidario. Ejemplos: 1) revisar conceptos erróneos como pobreza-riqueza, raza-etnia-cultura, colonialismo, desarrollo-subdesarrollo, etc. 2) reflexionar y completar frases inacabadas como las que siguen puede ser un buen comienzo (GREM, 1997):

La solidaridad es totalmente necesaria en situaciones como....

Hay personas que se han distinguido por un comportamiento solidario, como por ejemplo....

Considero que la gente insolidaria es....

Soy solidario/a cuando....

Hay muchas palabras que tienen relación con la idea de solidaridad, como por ejemplo....

Otra de las dimensiones a desarrollar en la persona es la autonomía o capacidad de autorregulación que permite a la persona hacer coherente lo que piensa con lo que hace. Será la propia persona la que establece el valor y se organiza para actuar de acuerdo con él. Construir una escala de valores propia de una sociedad pluralista y democrática puede dar la clave a un mundo más justo e igualitario.

También la capacidad de diálogo que permite a la persona hablar de todos aquellos conflictos de valor no resueltos que le preocupan tanto a nivel individual como social. Por ejemplo: Intercambiar opiniones, razonar sobre distintos puntos de vista e intentar llegar a un entendimiento, un acuerdo justo y motivado racionalmente.

Vamos a reflexionar sobre la disyuntiva entre armamento y paz desde perspectivas distintas. Intentaremos estimular todas las aportaciones mediante una representación ante todo el grupo-clase. Tres de vosotros vais a representar el papel de dirigentes políticos de la Unión Europea, y otros tres van a hacer el papel de portavoces de colectivos pacifistas. El objetivo de la representación es, por una parte, exponer la posición del grupo al cual representais y, por otra, llegar a una especie de acuerdo que garantice la paz a escala mundial.

La capacidad para transformar el entorno será otra de las dimensiones a desarrollar. Esta dimensión va a permitir a la persona formular normas y proyectos contextualizados donde se pongan de manifiesto los criterios de valor relacionados con la implicación y el compromiso. Esta capacidad no se desarrollo únicamente en el aula, sino que lo hace también en distintos ámbitos.

Formar en la solidaridad, en la comprensión de lo que implica vivir en un mundo interdependiente y en la corresponsabilidad que todos tenemos -en nuestra vida cotidiana, hábitos de consumo, nivel de renta- para lograr un mundo más justo e igualitario implica construir actitudes pesonales y proyectos sociales cooperativos y emancipadores. Por ejemplo, potenciar desde la escuela la creación de un proyecto solidario desde la realidad y para la realidad, evitando la sensación de impotencia e inutilidad. No únicamente se tratará de sensibilizar, abrir conciencias, generar comprensiones críticas de la situación planetaria sino de ayudar a las personas a que sean conscientes de su propia capacidad para influir en la toma de decisiones de la sociedad, a nivel local, nacional e internacional. Las ONGs son una práctica orientada a crear espacios de solidaridad con los pueblos y comunidades del sur.

Partiendo de una comprensión crítica -otra de las dimensiones- como la habilidad de adquirir la información de la realidad moralmente relevante, analizándola críticamente, contrastándola con diversos puntos de vista, mostrando además una actitud de compromiso y entendimiento para mejorarla, vamos a crear personas críticas, participativas, no pasivas, no individualistas, austeras en el consumo y justas. También podemos aumentar la capacidad de comprensión de las fuerzas económicas, sociales, políticas, etc. que moldean e influyen en nuestras vidas. Más aún debemos ofrecer una información verdadera sobre las situaciones que viven las poblaciones de los países en desarrollo, sus causas y las vías para su solución. Proporcionando información podemos despertar el interés por el conocimiento, el respeto y el intercambio con otras culturas, superando el uso excesivo de imágenes catastrofistas que en un primer momento impactan pero después acaban por agotar.

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